martes, 18 de septiembre de 2012


La luz de mis ojos te la debo a Ti ,Señor,
Que prendes cada día la vida para mí.
Inyectas Tu amor en mi corazón
Y arranca con latidos, donados por mi Dios,
Buscando a quien amar.
Bullicio que en las venas Tu manantial empuja
Y mi alma en una balsa
Se lanza hacia Tu Mar.
Confiada como en nadie
Pues Tú eres mi savia
Moriría de sed si no me alimentaras.
Me asistes con Tu Espíritu
Que con luz de Gracia
Fortaleces mi alma.
Cumpliendo las promesas Trinitarias
Renuevas mi suelo y me haces tierra nueva.
Como Cordero y Pastor
Me guías y me salvas.
Y en escalones de nubes me subo
Cuando me hablas
Asomándome a un cielo
Que en segundos se escapa.
Ho Corazón Misericordioso
Por eso te doy gracias.
No mires mis pecados
Mira la sed de mi alma.
Invítame a Tu Mesa
Préstame tus sandalias
Muéstrame el camino
Cada vez que me salga.
Por que Tú eres Señor
Mi Camino, mi Mar y mi Savia.


Septiembre 7 de 2012

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